Él era un Fabricante de Mentiras,
tenía las historias de cartón. 
Su vida era una fábula de lata,
sus ojos eran luces de neón.

Ella era una típica inocente
zapatos negros, medias de algodón
que sólo era feliz en el colegio,
que nunca tuvo en su piel amor.
Inútil es decir,
que lo que le dijeron lo creyó.





Querrán saber el fin de nuestra historia,
algunos lo podrán imaginar,
la niña que sin pena y sin gloria
perdió sus medias y su castidad.







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